Desde uno de tus puertos,
vuelvo el rostro y te veo,
perla radiante en su concha
de la sierra prisionero.
¡Cuándo arribaré a este puerto!
Aún sin ser marinero,
para verte y contemplarte,
en tu embrujo y en tu ensueño.
En tí estan las raices
profundas de mis abuelos,
forjadores de tu Historia
en el libro de los tiempos.
¡Qué larga es ya mi ausencia
a solas con tu recuerdo!
Cuándo volveré a puerto
aunque sin ser marinero.
Dedicado a mi pueblo, GRAZALEMA;
uno de los pueblos de Andalucia más bo-
nitos que yo conozco. Aunque está encla-
vado en plena sierra, tiene varios puertos
desde donde yo lo contemplo enamorado.
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