Si quieres ejercer tu oficio,
de sanador con acierto,
has de sanar mi alma,
antes que curar mi cuerpo;
meterte en mi dolor
y mirar profundo, muy dentro,
y ponerte en mi lugar;
doliente, disminuido, deshecho.
que tanto como la ciencia cuenta
tu humanidad y tu afecto,
mágico resorte de la fe
de prodigiosos efectos.
COMENTARIO.
A lo largo de mi vida, la experiencia me
ha enseñado que la confianza en el mé-
dico, es base fundamental para recobrar
la salud cuando la hemos perdido, y que
el cariño, el afecto y el amor con qué el
médico nos trate, es decisivo para la cura-
ción.
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