Cuando no puedo conciliar el sueño,
en las noches insomnes de mi vida,
tú ocupas mis sentidos por entero,
y pensando en tí me duermo.
Y es tan dulce el sueño en que me sumo,
que más que sueño, es caricia de mis labios,
que se funden en éxtasis con los tuyos,
en un mundo febríl y apasionado.
Tanta es la hermosura de su hechizo,
que se rompe al despertar en mil pedazos,
que quisiera estar eternamente dormido,
y tenerte para siempre entre mis brazos.
Es mi cariño tan grande y tan sincero,
y vehemente el amor que por tí siento,
que amandote, sólo vivo cuando duermo,
y vuelvo a morir, cuando sin tí despierto.
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