Tú que estás con el humilde,
tú que estás con el pobre y desvalido,
tú que estás con el fuerte y con el débil,
haz que yo siempre esté contigo;
tú que reinas en los aires,
tú que transciendes los abismos,
tú que vives en los mares,
haz que yo viva contigo,
haz que mi alma en sus afanes,
te ame más y como un hijo,
debe de amar a su padre,
y sea siempre como un niño;
en el amor constante,
firme en el sacrificio,
y en la adversidad amante.
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