Tú que en musa te conviertes,
ideal de amor deshecho;
te amaré hasta la muerte,
viva siempre en mis versos.
Tú me fascinas de tal suerte,
que amandote en silencio,
es mi vida dulce muerte,
que se extingue en el misterio.
Tú me cazas en tus redes
cual vulnerable insecto,
como a la libélula impotente,
le inocúla la araña su veneno.
Tú me turbas y me estremeces,
en violento torbellino muero.
Y cuando me miras dulcemente,
en tus brazos feliz me desvanezco.
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