NO POR NATURALEZA.


Montejaque,
 patria chica elegida,
no por naturaleza.
Aunque naciera en pueblo ajeno,
viví y crecí en tu tierra.
Tu gente fueron mis gente
en cordial convivencia,
gente trabajadora y noble,
de estirpe leal y sincera,
que comparten cuanto tienen
con generosa largueza,
y ofrecen al forastero;
casa, mantel y mesa.
Mi sangre se cruzó con tu sangre,
y aún corre por las venas
de mis hijos y de mis nietos
renovada y generosa.
Esta sangre enamorada,
de tu singular belleza,
es cuanto yo más quiero
y te la dejo en herencia.