Mi voz se sumerge en el aire
en las sombras blindadas de silencio,
sombras que se alargan en la tarde
voz repetida en el eco.
Voz que tripula la nave
de plata y oro sus remos,
voz que deja su mensaje
al mar bravío y al cielo.
Voz que no escucha nadie
furtiva y oculta en el viento,
que va golpeando implacable
las arenas del desierto.
Voz que se hace paisaje
de un mundo desolado y muerto,
voz que acusa con coraje
los desmanes de mi tiempo.
Autor: Antonio Gutiérrez Benítez
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