noble y bravío a la vez,
perla engastada en un sueño.
Velo de novia extendido,
¡Què bonito es mi pueblo!.
Manto de armiño sus nieves,caidas en el mes de enero.
Paloma blanca dormida
presta a iniciar el vuelo,
olor a pino y a jara ,
claro azul de puro cielo.
¡Qué hermosas son sus mujeres!.
¡Qué bonito es mi pueblo!.
Cada rincón, cada esquina,
tiene prendido un recuerdo.
Testigo de mis idílios,
de mis infantiles juegos,
de mi juventud lejana,
corazón de niño viejo.
Radiantes de cal sus paredes
en medio del pinar prieto,
copo de algón prendido,
altivez de paisaje austero.
Nunca podré olvidarte,
¡Qué bonito es mi pueblo!.
Fragancia de primavera
aroma a campo nuevo.

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